La gran trampa de “arriesgarse”

La gran trampa de “arriesgarse”

La gran trampa de “arriesgarse”

 

Cuando un individuo toma riesgos bajo cualquier circunstancia en especial en situaciones que le parecen descosidas o ajenas a su control, suele presentarse sin muchos tapujos preocupación por padecer cualquier tipo de afección que esta le pueda causar a su ser, a si con ello no es difícil dilucidar de manera simple que entre más riesgos se corran más uno se preocupa por ello, para continuar es necesario mencionar que la preocupación viene acompañada de cierta presión personal en medida del carácter de la persona  generalmente con el fin  de mantener  las apariencias que buscamos dar a los demás y/o nosotros mismos, sobre el ese punto de la autoimagen propia y su relación con el riesgo nos daremos otra oportunidad para profundizar en él, por ahora si nos detenemos un momento a notar la causa y efecto de esta situación nos daremos cuenta sin mucha dificultad que cuando nos encontramos en una situación en la que impere  la preocupación, presión personal o social, la posibilidad de fracaso y perdida, es un reflejo automático del inconsciente dar la máxima prioridad absoluta  a el proceso mental que se lleva a cabo para evitar la pérdida o la afección al ser, bajo esa circunstancia también es debido mencionar que todo esto inicia bajo la presunción de obtener un premio que incentive en primera instancia el análisis personal, ósea si vale o no la pena asumir tal riesgo, en parte como es normal entre aquello que se premedita se encuentra el factor de riesgo, punto que también retomaremos más adelante, con brevedad comento que ese factor tiene siempre la función mediadora entre lo que se arriesga y nuestras capacidades, así también el analizar  si la circunstancias que envuelven ese riego son aparentemente más-menos accesible, esto acordado por las fuerzas internas que dialogan dentro de nosotros en su búsqueda orgánica y natural de la formación de un curso o metodología para la relación búsqueda/obtención de recompensa que susodicha actividad le genere para sí.

Diversos ejemplos de recompensa o premio pueden presentarse sin mucho esfuerzo, menciono algunos tales como reconocimiento personal e interpersonal, estatus, bienes, mantener una imagen personal determinada, etc. Cuando hablamos del premio no hay mucho que decir que no sea fácil de dilucidar en cada situación particular, por ello no es necesario dar mucha importancia por ahora este punto.

El acto de ¨considerar¨ bajo esta situación (la que eh planteado) no es más que el tener o intentar (este último como general pretensión ejercida por la mayoría) conciencia de toda variable útil  que envuelva a esa situación, entendiendo este sencillo desglose lógico podemos fácilmente concluir que entre más preocupación más inherentemente prestamos energía de nuestro ser en observar o desenmarañar consideraciones con el objeto de tomar la mejor decisión posible a fin de crear la mejor relación ¨situación-respuesta¨, esto es posible mediante la conjunción de diversos procesos internos, de los cuales hablare en otra ocasión más a fondo de su formación y naturaleza, brevemente comento que aquellos procesos van desde nuestro entendimiento de la vida, pasando por nuestras creencias personales, hasta  la experiencia previa en situaciones de índole similar, sobre este en ultimo en particular me gustaría explayar que en la mayoría de las veces existen valores de carácter empírico relacionados a este, suele ser más comúnmente conocido como experiencia de ¨prueba y error¨ atribuido así a la relación de experimentación y recopilación de resultados.

A partir de aquí es donde el proceso primario lógico de la relación ¨prueba y error¨ puede percibirse  como algo engañoso rayando en lo confuso debido a las comunes perturbaciones que la vida misma que se presentan o en su defecto que ya se presentaron en nuestra formación de conciencia (menciono a la vida misma porque los predicamentos que esta ocurran al ser son inherentes a la realidad y son testimonio de el paso del tiempo sobre nosotros), menciono esto porque, debido a esas ¨consideraciones¨ que están directamente intervenidas por la conciencia que tememos, así mismo como toda clase de perturbaciones y recuerdos dolosos generalmente anexos a nuestro recuerdo y  que así mismo no es raro encontrarlos  frecuentemente reprimidos muy en lo interno sin mucho éxito en evitar que sean una fuerte presencia en la toma de decisiones. No extraña incluso es usual que ocurran dos situaciones; la primera, no se premeditan las circunstancias debida y objetivamente degenerando en una serie de ideas o conclusiones usualmente pesimistas o restrictivas que tienden al abandono o la fácil claudicación de todo intento, producto de la desilusión.

Otra situación que se presenta de carácter más auto impositivo es la represión y censura de esos impulsos por el constate ataque interno de ideas extremistas ya sea la idea de evitar la vergüenza y la humillación, o la idea de que la situación escalara de manera intempestiva hasta una respuesta de hostilidad de la contra parte o el público en general, hasta o la simple sensación de no tener lo que se ¨necesita¨ para alcanzar determinada victoria o la realización de determinados objetivos, esto generando patrones de pensamiento que condicionan por reflejo al auto rechazo o la evasión total de afrontar  en principio el impulso primario, tachando así  cualquier idea de búsqueda de premio como algo inexorable y dañino para el ser.

Estas ¨consideraciones¨ se van acumulando como es natural en ambos casos, es absurdo pensar que el pensamiento mezclado no tomaría también partes de su propia percepción personal y entre más incremente la presión por tomar la ruta de acción más conveniente en el lapso de tiempo más rápido posible, el juicio en su intento por sobre compensar tiende a  laxar de criterio objetivo y se lanza por lo visceral, este no es más que un reflejo evolutivo que nos ayuda a tomar decisiones rápidas principalmente cuando es una situación que afecta o tiene la potencia de afectar desde nuestra existencia física hasta nuestro habitual confort existencial, aquí puede que se me perciba  algo atrevido pero me atrevo a postular que dentro de nosotros  primero viene la ¨respuesta¨ después la ¨pregunta¨ y al final sale algo sintetizado entre esas dos, este advenimiento no es más que la respuesta a un paradigma evolutivo el cual es ¨huir o enfrentar¨

Mi deseo es más que sino advertir sobre esta condición natural del hombre, al momento de poner al ser a una situación que no le permitiese mucho espacio de tiempo entre sus respuestas porque la situación demanda como principal cualidad la total reactividad  instantánea del mismo en un lapso de tiempo inamovible, sobre lo que el ser define como una oportunidad, dado el caso ocurre que el ser (hablo del ser como la suma de las condiciones condutas y pensamientos de un individuo) trabaja en base a lo que sabe o cree saber, esto sin contar que  aparte del plus  insondable de la casualidad en los eventos que se presentan en este universo de carácter fenomenológico y aleatorio, sin mencionar la presión de sentir que una situación de esta naturaleza espontanea es prácticamente imposible de volver a ocurrir tal como puede ser descrito en su variable más extremista; ¨única oportunidad en tu vida¨, no hace sino convertirse en otra consideración pasiva sobre la cual incrementa esa carga de estrés.

Cuando una o varias de esas cuestiones laxan de la seguridad innata de su intención  se busca sobre compensar con otros aspectos, un buen ejemplo para empezar a esclarecer mejor todo esto reunido es  compáralo como  una partida de póker, para los entendidos el póker es un juego de carácter azaroso que tiene como objetivo hacer la mejor mano posible  sin embargo en base a sus propiedades jerárquicas y psicológicas hacen que el juego tenga notaciones no solo azarosas si no también psicológicas, es un hecho que en el póker los jugadores suelen mentir o aparentar acerca de sus condiciones situacionales inminentes (la mano que poseen  que no se pueden modificar de manera directa) de su propia suerte, es decir aparentan tener buenas o malas manos  con el fin de afectar sobre el juicio de sus oponentes, lo cual agrega indudablemente un factor casi decisivo al permitir que los jugadores puedan retirarse en cualquier momento a fin de evitar pedidas mayores ante la posibilidad de una mano dotada de la capacidad de sobre pasar a la mano del jugador oponente o al menos que de la apariencia de ser así.

Aunque aquí se puede desglosar tanto la perspectiva del que engaña como la del que es engañado es un tema que profundizare más en sus numerosas aplicaciones prácticas, por ahora me gustaría mantener centro sobre la cuestión primordial del estrés y la ansiedad que conlleva el riesgo y como este factor es importante y principal pináculo de concientización interna y su proyección al exterior.

Regresando un poco sobre lo que anteriormente fue el título de este escrito llegamos sin ninguno problema a notar la relación que hay entre las preocupaciones (pensamientos o ideas para lograr un objetivó establecido) y consideraciones (problemas, creencias, entendimientos, infortunios, que se oponen a el cumplimiento de ese objetivo).

También no podemos ignorar que entre más arriesgamos más priorizamos entender el ambiente y nuestra posición sobre él, así mismo es inevitable con nosotros dentro de ese ambiente no tomar consideraciones sobre nuestras cualidades, auto percepción, etc. cualidades que son en su mayoría tomadas de experiencias pasadas creencias dotadas de observaciones e ideas compartidas de amistades o colegas constituyendo así el último punto de la formación de duda e incertidumbre, ¿porque menciono tan desfavorecedora conclusión? En seguida expondré mi punto.

Al principio use como titulo la ¨trampa de arriesgarse¨ me tome el tiempo para ponerlos en contexto y explicaros como es que funciona de manera muy general todo este proceso que se vive de manera análoga a la relación de prueba y error así mismo también como las ideas inconclusas llevan casi siempre por ¨default¨ a la retirada total de todo intento o impulso de llevar a cabo susodicha acción.

Dicho así esa gran trampa que me refiero no es más que el mismo circulo vicioso de conduta y pensamiento al cual se auto condiciona a la persona y hace casi  imposible que alguien sienta seguridad en su intención o la capacidad de asumir u/o tomar el riesgo pese a la recompensa que este pueda darle, si existen huecos lógicos, experienciales y/o carencia de animidad congruente producto de pensamientos represivos o creencias derrotistas es probable no solo que laxe la objetividad y por ello también el aprendizaje sobre los errores y aciertos que se puedan tener dejándolo a algo que podría considerarse como un dogmatismo auto impuesto de carácter pesimistas y/o derrotista generando así el ya mencionado con anterioridad condicionamiento a escapar o evadir.

Esto no solo condiciona por default al individuo a lo que podríamos llamar ¨perder antes de empezar¨ sino que también afecta sobre su salud mental y en casos más extremos física esto al generar constantemente más y más respuestas condicionadas al huir y retirarse generado así facilidad docta de evitar a toda costa situaciones que disparen la ansiedad también conocido como ¨auto-rechazo¨ que sin dificultad alguna con el tiempo deviene en condutas aislativas y depresivas una vez a sabiendas de eso resta preguntarse si esto no empieza a parecer una trampa  ¨en el contexto de ¨arriesgarse¨  que les eh planteado, ahora solo resta preguntarse:

¿Qué caso tiene el arriesgarse en tales condiciones?

Al principio de este escrito mencione acerca de las apariencias y la cierta conveniencia que ofrece este círculo vicioso de conductas, pareciese como que entre más escarbáramos en la naturaleza de todo este proceso se sintiera que no tiene fin, permítanme decirles que no se desesperen apenas entramos en conciencia de esta primera parte, resta mencionar y hacer las preguntas precisas para atender a este paradigma aparentemente dotado de inexplicables relaciones y motivaciones ocultas.

Es preciso hacer las cuestiones correctas a fin de entender esto mejor, para comenzar, en todo lo que mencione anteriormente puede resaltarse cuestiones puntuales que me gustaría dejar al aire para su mejor apreciación en esta parte tampoco se desilusionen no pretendo dejar cuestión sin respuesta, más sin embargo considero correcto empezar a hacerse las preguntas correctas y hacerlas con tono de franqueza, estas cuestiones son;

¿Como si alguien que siempre se estuviese auto condenado a fracasar en cualquier emprendimiento pueda hallarle algo ventajoso a estar en tales condicionantes?

¿Existe alguna ventaja/conveniencia en pensar o creer en que el universo goza de un carácter conspirativo en ensañado hacia nosotros por dotarnos de experiencias perturbadoras o traumáticas?

¿Qué es aquello que el ser (ego) no está dispuesto a arriesgar “perder” y le genera temor tan potente que prefiere retirarse por “convicción” a enfrentar una situación azarosa de la vida?

Aquí me gustaría detenernos por el momento, y tomar esto que os eh expuesto para pensar y meditar estas cuestiones que serán punto de partida en vuestras futuras incursiones a sus interiores aspirando siempre a la franqueza propia y el progreso personal.

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